MUERE LENTAMENTE….

Los que están atados a sus creencias y prejuicios, a las reglas y a las buenas costumbres.

¿Quién no viaja, quién no ríe, quién no lee, quién no escucha música, quién no se divierte, Quién no llora?

Aquel que no encuentra encanto en si mismo, aquel que no se considera bello muere inevitable y lentamente. Muere lentamente también quien se obstaculiza, limita y coarta por prejuicios su amor propio y hacia los demás, quien se aleja y no se deja ayudar. Muere lentamente quien se hace esclavo del habito y de la costumbre, aquel que camina todos los días los mismos senderos, repitiendo las mismas cosas, quien no cambia la rutina, aquel que no se arriesga a vestir de un color diferente, quien no se arriesga a suspirar, quien no se atreve a sentir y disfrutar una mirada diferente, aquel que no se asoma a lo que desconoce.

Mure lentamente quien evita la pasión y su remolino de emociones; muere lentamente quien no cambia la forma y el fondo de su vida cuando no esta satisfecho/a, sea con su trabajo, sea con su amor, con sus planes y resultados.

Muere lentamente quien no arriesga lo seguro por lo incierto, para ir tras un sueño, quien no se permite por lo menos una vez en la vida, huir de los consejos sensatos…

¡Vive!
¡Arriesga!
¡Hazlo!

La felicidad no siempre esta en el camino de lo correcto.
Lo correcto no es necesariamente una regla, es una opción.




Pablo Neruda.